Cómo se construyen las redes móviles

Los dispositivos móviles funcionan enviando y recibiendo señales de radio de baja potencia, como un sistema de radio bidireccional. Las señales se envían y reciben desde antenas conectadas a transmisores y receptores de radio, lo que se conoce como estaciones base de telefonía móvil. Las estaciones base están conectadas al resto de la red de telefonía móvil y fija y transmiten la señal/llamada a esas redes.

Una estación base de telefonía móvil da cobertura a un área geográfica conocida como "célula". Las celdas están alineadas unas junto a otras siguiendo un patrón similar al de un panal de abejas, y es por esta razón por la que las redes móviles se denominan a veces redes "celulares".

La ubicación de la estación base dentro de la célula viene determinada por una serie de factores, como la topografía y otras limitaciones físicas como árboles y edificios, la "capacidad" de la célula o el número de llamadas que se espera que se realicen en ella, la cantidad de uso de datos y la radiofrecuencia en la que operará la estación base.

Un teléfono móvil necesita tener "a la vista" una estación base de telefonía móvil. En otras palabras, la señal de radio del teléfono a la estación base debe ser ininterrumpida. Las colinas, los árboles y los edificios altos pueden oscurecer esta línea de visión, por lo que las estaciones base deben ubicarse con mucho cuidado para maximizar la cobertura disponible.

Cada estación base soporta una cantidad finita de tráfico. En zonas de alto uso de móviles y datos, como distritos comerciales centrales y zonas de alta densidad o población, se necesitan más estaciones base para gestionar el nivel de tráfico. En las zonas de uso intensivo suele haber varias estaciones base, desde soluciones muy específicas para edificios (diseñadas para dar una cobertura de calidad dentro de un edificio concreto) hasta estaciones base muy pequeñas conocidas como "microcélulas" y células pequeñas.

Las células pequeñas proporcionan cobertura de telefonía móvil o capacidad de red adicional a una zona geográfica pequeña, sobre todo en áreas de alto uso de dispositivos móviles. Funcionan a menor potencia que una estación base de telefonía móvil tradicional y utilizan equipos más pequeños. La tecnología de células pequeñas sustituye a la anteriormente conocida como microcélulas y funciona de forma similar.

En zonas donde el uso del teléfono y los datos no es tan elevado, las estaciones base suelen situarse en colinas o estructuras altas, como torres o postes, para maximizar la zona de cobertura.